
La salsa blanca, también conocida como bechamel, es una de las salsas más versátiles y utilizadas en la cocina. Es una base cremosa y suave que se puede utilizar en una variedad de platos, desde pastas hasta gratinados. Aunque puede parecer complicado de hacer, en realidad es muy sencillo y requiere solo unos pocos ingredientes básicos. En este artículo, te enseñaremos cómo preparar una deliciosa salsa blanca en casa.
La salsa blanca se caracteriza por su textura cremosa y su sabor suave y delicado. Es perfecta para acompañar platos de pasta, como lasaña o canelones, así como para gratinar verduras o hacer croquetas. También se puede utilizar como base para otras salsas, como la salsa de queso o la salsa de champiñones. La clave para obtener una salsa blanca perfecta está en la proporción adecuada de ingredientes y en la técnica de cocción.
Ingredientes
- Mantequilla: 2 cucharadas
- Harina: 2 cucharadas
- Sal: al gusto
- Pimienta: al gusto
- Leche evaporada: 1 taza
- Agua: 1 taza
Preparación
Paso 1: Derrite la mantequilla
En una cacerola pequeña, derrite la mantequilla a fuego medio. Asegúrate de que la mantequilla esté completamente derretida antes de pasar al siguiente paso.
Paso 2: Incorpora la harina, la sal y la pimienta
Añade la harina a la mantequilla derretida y mezcla bien con una cuchara de madera. Asegúrate de que la harina esté completamente incorporada y no queden grumos. Agrega la sal y la pimienta al gusto y mezcla nuevamente.
Paso 3: Agrega poco a poco la leche evaporada y el agua
Comienza a agregar la leche evaporada y el agua poco a poco, mientras revuelves constantemente. Esto ayudará a evitar la formación de grumos. Continúa agregando la leche y el agua hasta que la mezcla esté suave y homogénea.
Paso 4: Cocina la mezcla a fuego medio
Coloca la cacerola a fuego medio y cocina la mezcla, revolviéndola de vez en cuando, hasta que rompa a hervir. Una vez que la salsa haya hervido, reduce el fuego a bajo y continúa cocinando durante unos minutos más, hasta que la salsa espese y adquiera una textura cremosa.
Una vez que la salsa blanca haya alcanzado la consistencia deseada, retírala del fuego y déjala reposar durante unos minutos antes de utilizarla. Esto permitirá que la salsa se asiente y se espese aún más.
Consejos y Variaciones
La salsa blanca es una receta muy versátil que se puede adaptar según tus preferencias y necesidades. Aquí te dejamos algunos consejos y variaciones para que puedas personalizar tu salsa blanca:
- Puedes agregar queso rallado a la salsa blanca para hacer una deliciosa salsa de queso. Simplemente agrega el queso rallado a la mezcla caliente y revuelve hasta que se derrita y se incorpore por completo.
- Si prefieres una salsa más ligera, puedes utilizar leche en lugar de leche evaporada. La leche evaporada le da a la salsa un sabor más rico y cremoso, pero si quieres reducir las calorías, la leche regular también funcionará.
- Si deseas darle un toque de sabor extra, puedes agregar especias como nuez moscada, ajo en polvo o hierbas frescas picadas a la salsa blanca. Estas especias agregarán un sabor adicional y complementarán tus platos.
- Si quieres una salsa más espesa, puedes aumentar la cantidad de harina en la receta. Agrega una cucharada adicional de harina y mezcla bien hasta que la salsa espese.
Información Nutricional
- Calorías: 150
- Grasas: 10g
- Carbohidratos: 12g
- Proteínas: 3g
La salsa blanca es una opción deliciosa y versátil para agregar a tus platos. Además de su sabor suave y cremoso, también aporta nutrientes importantes como calcio y vitamina D. Puedes disfrutarla en una variedad de platos, desde pastas hasta gratinados, y personalizarla según tus preferencias. ¡Anímate a preparar tu propia salsa blanca en casa y disfruta de su sabor y textura irresistibles!
Esperamos que esta receta te haya sido útil y que disfrutes de la salsa blanca en tus platos favoritos. ¡Buen provecho!