
La mermelada de manzana es una deliciosa opción para disfrutar en el desayuno o como acompañamiento en postres y dulces. Es una receta sencilla de preparar y con ingredientes básicos que seguramente tienes en tu despensa. En este artículo te enseñaremos paso a paso cómo preparar mermelada de manzana casera, para que puedas disfrutar de su sabor dulce y natural en cualquier momento.
La mermelada de manzana es una excelente manera de aprovechar las manzanas que están maduras y a punto de estropearse. Además, es una opción más saludable que las mermeladas comerciales, ya que puedes controlar la cantidad de azúcar que le añades. También puedes personalizarla añadiendo especias como canela, nuez moscada o jengibre, para darle un toque de sabor extra.
Ingredientes
Para preparar mermelada de manzana necesitarás los siguientes ingredientes:
- 1 kg de manzanas: Puedes utilizar cualquier variedad de manzanas, pero las más recomendadas son las que tienen un sabor dulce y ácido a la vez, como las manzanas Granny Smith o las Golden Delicious.
- 500 gr de azúcar: Puedes ajustar la cantidad de azúcar según tu preferencia. Si quieres una mermelada más dulce, puedes añadir más azúcar, pero recuerda que las manzanas ya tienen un sabor dulce natural.
- Zumo de medio limón: El zumo de limón ayuda a realzar el sabor de las manzanas y evita que se oxiden y se pongan marrones.
Paso 1: Preparar las manzanas
Comienza pelando las manzanas y retirándoles el corazón. Puedes utilizar un pelador de manzanas o un cuchillo afilado para pelarlas. Asegúrate de quitar todas las semillas y partes duras del centro de las manzanas.
Una vez peladas y descorazonadas, corta las manzanas en pequeños cubos. Puedes hacerlos del tamaño que prefieras, pero recuerda que cuanto más pequeños sean, más rápido se cocinarán y se desharán.
Paso 2: Macerar las manzanas
Coloca los cubos de manzana en una cazuela grande y añade el azúcar y el zumo de limón. Remueve bien para que todos los ingredientes se mezclen y las manzanas queden bien impregnadas de azúcar.
Deja macerar las manzanas en la cazuela durante al menos 1 hora. Durante este tiempo, el azúcar comenzará a extraer el jugo de las manzanas y se formará un líquido dulce y espeso.
Paso 3: Cocinar la mermelada
Una vez que las manzanas hayan macerado lo suficiente, coloca la cazuela a fuego medio y comienza a cocinar la mermelada. Remueve de vez en cuando para evitar que se pegue al fondo de la cazuela.
La cocción de la mermelada puede llevar entre 35 y 40 minutos, dependiendo de la cantidad de líquido que haya en la cazuela y del tamaño de los cubos de manzana. Durante este tiempo, las manzanas se irán deshaciendo y el líquido se irá espesando.
Paso 4: Triturar la mermelada (opcional)
Si prefieres una textura más fina y sin grumos en tu mermelada, puedes utilizar una batidora de mano o un procesador de alimentos para triturarla. Asegúrate de hacerlo cuando la mermelada esté aún caliente, ya que será más fácil de triturar.
Si te gusta encontrar trozos de manzana en tu mermelada, puedes saltarte este paso y dejarla tal cual.
Paso 5: Rellenar los tarros
Una vez que la mermelada haya alcanzado la textura deseada, retira la cazuela del fuego y deja que se enfríe un poco. Mientras tanto, prepara los tarros de cristal que utilizarás para conservar la mermelada.
Lava bien los tarros y las tapas con agua caliente y jabón, y luego enjuágalos con agua caliente para eliminar cualquier residuo de jabón. Asegúrate de que estén completamente secos antes de utilizarlos.
Con la ayuda de un cucharón o una jarra, ve rellenando los tarros poco a poco con la mermelada caliente. Deja un espacio de aproximadamente 1 cm en la parte superior del tarro, para permitir que la mermelada se expanda durante el proceso de conservación.
Paso 6: Hacer el vacío
Una vez que los tarros estén llenos, coloca las tapas y asegúralas bien. Luego, coloca los tarros en una cazuela grande y llénala de agua hasta cubrir los tarros por completo.
Pon la cazuela a fuego medio-alto y lleva el agua a ebullición. Deja que los tarros hiervan durante 30 minutos para hacer el vacío y asegurar la conservación de la mermelada.
Paso 7: Enfriar y etiquetar
Una vez que los tarros hayan hervido durante 30 minutos, retíralos del agua caliente con cuidado y colócalos sobre una rejilla o un paño limpio para que se enfríen.
Deja que los tarros se enfríen por completo antes de manipularlos. Una vez que estén fríos, sécalos bien y etiquétalos con la fecha de elaboración y el contenido.
Paso 8: Conservar y servir
Guarda los tarros de mermelada en un lugar fresco, seco y alejado de la luz directa del sol. La despensa o el armario de la cocina son lugares ideales para conservar la mermelada.
La mermelada de manzana casera se conserva durante varios meses si se almacena correctamente. Una vez abierto un tarro, guárdalo en la nevera y consúmelo en un plazo de 2-3 semanas.
Sirve la mermelada de manzana en tostas de pan para el desayuno, o utilízala como relleno de postres y dulces. También puedes acompañarla de queso camembert en tablas de queso, aperitivos o canapés.
Opciones adicionales
Si quieres darle un toque de sabor extra a tu mermelada de manzana, puedes añadir una rama de canela a la cocción. Simplemente coloca la rama de canela en la cazuela junto con las manzanas y retírala antes de rellenar los tarros.
También puedes experimentar añadiendo otras especias como nuez moscada, jengibre o clavo. Estas especias le darán a tu mermelada un sabor más especiado y aromático.
Esterilizar los tarros de cristal
Si quieres asegurarte de que tus tarros de cristal estén completamente limpios y libres de bacterias, puedes esterilizarlos antes de utilizarlos.
Para esterilizar los tarros, simplemente introdúcelos en una cazuela con agua hirviendo durante 10-15 minutos. Luego, retíralos del agua caliente, escúrrelos y sécalos bien antes de utilizarlos.
Recuerda que es importante utilizar tarros de cristal con tapas herméticas para asegurar la conservación de la mermelada.
¡Y eso es todo! Ahora que sabes cómo preparar mermelada de manzana casera, puedes disfrutar de su sabor dulce y natural en cualquier momento. Además, al hacerla tú mismo, puedes controlar la cantidad de azúcar y personalizarla con tus especias favoritas. ¡Buen provecho!